Hace tiempo llegó a mis manos el último disco de Amy Winehouse, aunque no he podido escucharlo hasta hace poco. Y por fin llegó el momento. Un disco muy fácil de escuchar, con un sonido que te lleva a otra época, en la cual no hay sitio para colaboraciones con Pitbull.
Versiones de canciones, las cuales pueden sonarte más o menos, depende del estilo de música que te guste, pero todas ellas llenas de soul, jazz y R&B.Obviamente no es el disco que hubiera sacado la cantante, pero quedara como un legado de una artista que si hubiera nacido en otra década, se hubiera codeado junto a las grandes estrellas del soul.
Como anecdota la pista de "The girl from Ipanema", fue la primera canción que grabó en miami con 18 años.
También destacar que la fotografía de la portada es del también musico Bryan Adams.
En resumen, es un disco que apetece saborearlo en un ambiente relajado para alejarse de tantas luces y sonidos electricos que suenan hoy en día.
Lo +: Algo nuevo para nuestros oídos.
Lo -: Saber que Amy no volverá con algo nuevo.
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